
CUARTA TUTORIA.
¨ ¿Qué situaciones se dan en todo acto lector?
La lectura es un proceso por el cual el lector percibe correctamente los signos y símbolos escritos, organiza mediante ellos lo que ha querido decir un emisor, infiere e interpreta los contenidos allí expuestos, los selecciona, valoriza, contrapone y aplica en la solución de problemas y en el mejoramiento personal y colectivo.
Es decir, la lectura es un proceso dinámico, continuo y diferenciado, en el cual hay facetas y estadios nítidamente definidos, diferentes unos de otros, y hasta contrapuestos, en donde interactúan: lector, texto y contexto.
Los niveles que adquiere la lectura se apoyan en las destrezas graduadas de menor a mayor complejidad, hecho que a su vez supone la ampliación sucesiva de conocimientos y el desarrollo de la inteligencia conceptual y emocional y las múltiples inteligencias identificadas y no identificadas. De allí la necesidad de cultivar habilidades de comprensión por ser éstas fundamentales en todo el proceso de asimilación de la lectura.
El desarrollo del lenguaje es un aspecto fundamental en el aprendizaje, en la evolución y en el dominio pleno de la lectura. El lenguaje oral y el lenguaje escrito de la persona guardan una relación casi simétrica, así como ambos tienen correspondencia con el cúmulo de experiencias que alcanza a desarrollar la persona humana.
Los niveles de realización de la lectura que identifico y preciso son los siguientes:
– Literalidad – Retención – Organización – Inferencia– Interpretación – Valoración– Creatividad
Sin embargo, debemos advertir que un debido y auténtico proceso de aprendizaje de la lectura empieza con el nivel de la creatividad y avanza progresivamente por el orden inverso al que he anotado hasta llegar a la literalidad. Y es así porque la creatividad es el nivel de textos libres, abiertos y connotativos, que se dan en la literatura infantil, aquellos que deben estar al inicio del proceso de aproximación del niño o la lectura debiendo incorporarse en esta realización toda práctica de la lectura en su fase de oralidad.
Los siete niveles de comprensión lectora que hemos enunciado se ordenan en tres grandes momentos o etapas del proceso.
Nivel textual, o de análisis, integrado por los niveles: literal, de retención y organización.
Nivel inferencial. Único.
Nivel contextual, o de síntesis, que integra el nivel de interpretación, valoración y creatividad.
Para apreciar la densidad y complejidad de cada uno de estos niveles basta decir que la alfabetización, ardua y laboriosa, abarca uno solo de los niveles, cual es el de la literalidad.
Niveles: descripción e indicadores A continuación presento una breve descripción de cada uno de los niveles y los indicadores que los caracterizan, los mismos que sugieren a su vez preguntas para elaborar test de comprensión lectora, adecuándolos al universo poblacional que se desee diagnosticar.
La aplicación de esta sistematización es de las más prometedora puesto que nos permite conocer el nivel de realización de la lectura sea de personas individuales como de grupos o colectivos sociales, a fin de reorientar nuestras acciones en el aula o en cualquier otro espacio público cuando se trate de comunidades más amplias.A. NIVEL TEXTUALLiteralidadDecodifica los signos escritos de la palabra convirtiendo lo visual en sonoro y viceversa. Recoge formas y contenidos explícitos del texto.– Transposición de los contenidos del texto al plano mental del lector.– Captación del significado de palabras, oraciones y cláusulas.– Identificación de detalles.– Precisión de espacio y tiempo.– Secuenciación de sucesos.
RetenciónCapacidad de captar y aprender los contenidos del texto.– Reproducción de situaciones.– Recuerdo de pasajes y detalles.– Fijación de los aspectos fundamentales del texto.– Acopio de datos específicos.– Sensibilidad ante el mensaje.
OrganizaciónOrdena los elementos y vinculaciones que se dan en el texto. – Captación y establecimiento de relaciones.– Descubrimiento de la causa y efecto de los sucesos.– Captación de la idea principal del texto.– Identificación de personajes principales y secundarios.– Reordenamiento de una secuencia.– Resumen y generalización.B. NIVEL INFERENCIALInferenciaDescubre aspectos implícitos en el texto.– Complementación de detalles que no aparecen en el texto.– Conjetura de otros sucesos ocurridos o que pudieran ocurrir.– Formulación de hipótesis acerca de los personajes.– Deducción de enseñanzas.C. NIVEL CONTEXTUAL InterpretaciónReordena en un nuevo enfoque los contenidos del texto. – Formulación de una opinión.– Deducción de conclusiones.– Predicción de resultados y consecuencias. – Extracción del mensaje conceptual de un texto.– Diferenciación de los juicios de existencia de los juicios de valor.– Reelaboración del texto escrito en una síntesis propia.
ValoraciónFormula juicios basándose en la experiencia y valores.– Captación de los sentidos implícitos.– Juicio de verosimilitud o valor del texto.– Separación de los hechos y de las opiniones. – Juicio acerca de la realización buena o mala del texto.– Juicio de la actuación de los personajes.– Enjuiciamiento estético.CreaciónReacción con ideas propias contrastando las ideas que ofrece el texto a situaciones parecidas de la realidad.– Asociación de ideas del texto con ideas personales.– Reafirmación o cambio de conducta.– Formulación de ideas y rescate de vivencias propias.– Planteamientos nuevos de elementos sugerentes.– Proposición de títulos distintos para un texto.– Aplicación de principios a situaciones parecidas o nuevas.– Solución de problemas.Niveles de comprensión lectora y textualidadHe aquí, a continuación, una pirámide invertida en la gradación de niveles y su relación con el texto y el contexto, puntos de apoyo o referencia en todo este desenvolvimiento:
1. ANÁLISIS (Texto) – Literalidad (Análisis de los elementos) TEXTUALIDAD– Retención (Análisis de la organización) INTRATEXTUALIDAD– Organización (Análisis de la organización) INTERTEXTUALIDAD
2. INFERENCIA – Inferencia (Inducción) EXTRATEXTUALIDAD
3. SÍNTESIS (Contexto) – Interpretación (Comparación) SUPERTEXTUALIDAD– Valoración (Juicio) TRANSTEXTUALIDAD– Creación (Práctica) TRASCENDENCIA Texto es textura, tejido y entramado. Y así como hay redes lingüísticas hay diversidad de otras urdimbres que entrelazan signos y símbolos como por ejemplo la naturaleza y en ella hasta la hoja de una planta o el pétalo de una flor. Una calle o un paisaje son textos. Hasta la vida en sus múltiples manifestaciones.
En un texto escrito hay palabras articuladas formando oraciones, las mismas que se integran en otros valores semánticos al engarzarse formando párrafos que tienen un orden, una jerarquía y estructura con su propia secuencia. Comprender textos es también poder desmontar toda esta arquitectura.
Estos ejercicios cubren una fase de la lectura que se centra más en lo denotativo de un enunciado o un conjunto de ellos. Lo connotativo está fuera del texto, con lo cual se establece una relación pero en donde lo preponderante no es dicho vínculo. Lo connotativo más se da ya no en el texto sino en la mente y en el alma del lector de manera expansiva y libre.
¨ ¿Por qué se dice que “La lectura se transforma en una actividad hermenéutica”?
La hermenéutica de Ricoeur nos enseña a seguir hablando de una relación entre un autor y su intérprete, sino de los intercambios entre el mundo del texto y el mundo del lector.
De esta manera, Ricoeur recurre a la noción de representancia o lugartenencia para expresar la relación del relato histórico con un mundo pasado que no es observable sino memorable, y la noción de aplicación o apropiación para expresar la relación del relato de ficción con un mundo posible que no es experienciado sino propuesto. El mundo que nos ha dejado su huella puede ser reconstruido con el auxilio de la imaginación, mientras que el mundo que vivimos puede ser transformado por la ficción en un proceso en que la manifestación coincido con la creación.
¨ ¿Qué pasa cuando el lector – alumno enfrenta una obra literaria?
Joëll Bahloul considera que: “La lectura no es una práctica social únicamente porque clasifica o está clasificada en la jerarquía de los niveles sociales, sino también porque da origen a interacciones e intercambios sociales. Tampoco es, como lo afirma la representación tradicional, un acto de intimidad pura o de retraimiento individualista aislado del mundo y de la sociedad. La lectura está totalmente imbricada en la organización y las condiciones sociales”.1 En este sentido, el contacto con la lectura responde a necesidades vitales y específicas de cada lector, a momentos y condiciones particulares; puede darse en una situación de aislamiento o introspección, para explorar y entender lo que sucede en su interior, o en la búsqueda de consuelo y consejo en el tránsito de una situación emocional difícil, o por el contrario, en circunstancias en que requiere integrarse e interactuar con su entorno inmediato.
El hábito por la lectura y la escritura es más una actitud ante la vida que la capacidad de decodificar y reproducir lenguaje. Pero, ¿y la escuela? ¿qué papel juega en todo esto? Ahí aprendemos a mirar las virtudes que encierran los libros, desde otros ángulos entendemos que leer nos hace mejores ciudadanos, nos proporcionan herramientas de análisis que pretenden —al menos en el mapa curricular— profundizar en lo leído. Sin embargo, existen otras posturas, por ejemplo, Juan Domingo Argüelles sostiene que:
...imponer la lectura como materia obligatoria en las escuelas o no reconocer en ella más que un sentido práctico o instrumental resulta contraproducente, pues de ese modo se fomenta la idea de que leer es aburrido y, al asociarla con el deber, la lectura pierde los ingredientes del placer y libertad que tendrían que serle consustanciales. Lejos de seducir a posibles adeptos, se los está ahuyentando. Por otro lado, recriminar a quienes no leen fomenta posiciones moralizantes que tampoco ayudan: porque en realidad “los que no leen” sí leen, sólo que no leen lo que otros quieren, lo que otros dicen que deberían.2
¨ ¿Cómo nos conduce el texto a la construcción de un universo imaginario? De que manera lo realizamos?
Las obras sucesivas de un escritor son como las ciudades que se construyen sobre las ruinas de las anteriores: aunque nuevas, prolongan cierta inmortalidad, asegurada por leyendas antiguas, por hombres de la misma raza, por las mismas puestas de sol, por pasiones semejantes, por ojos y rastros que retornan". Esta metáfora de Ernesto Sábato contiene en su interior la figura del palimpsesto, y permite realizar un paralelismo entre las ciudades y los escritores, a partir de las ‘huellas’ que se encuentran entre las distintas ‘obras’1 , esos rastros, aunque borrosos, habilitan la realización de un planteo de posibilidad, comparando a escritores y sus obras en el marco de la transdiscursividad.
La de "transdiscursividad" que, como señala Vázquez Medel, "no remite a un hecho aislado o que afecte en exclusiva a la relación entre algunos textos y discursos".
Es decir "no se trata de que, por ejemplo, descubrimos en unos textos sí y en otros no la huella de otros textos que los hacen posibles o inteligibles. Por el contrario, todo texto, por su propia naturaleza está abierto y remite a otros textos:
unos previstos desde la productividad emisora, y otros postulados por esa reproductividad receptora sin la cual el texto no existe como contenido de conciencia (...). Una lectura será tanto más co-rrecta (...) cuando los discursos a que apela un discurso concreto en dicho lector más se aproximan a la interacción o transcendencia discursiva del discurso que produjo el autor. Por ello, es tan cierto que las palabras significan lo que les hacemos significar, cuando que este hacer-significar no es totalmente arbitrario, sino que está co-rregido por el texto, que de ser muy desplazado de su intento, daría lugar a una lectura in-correcta, por más enriquecedora que sea"
¨ ¿Considera que la literatura infantil le da al niño la posibilidad de fantasear?
Nunca decimos adiós a la infancia o a la adolescencia, ni a los caminos recorridos desde los primeros años de vida de cada uno. Nunca lanzamos cortinas de humo a los días que nos permiten darle sentido a cada una de nuestras historias, por más inútiles que parezcan, la literatura nos permite, en muchas ocasiones, realizar este recorrido.
La lista de pretextos para que se produzca el encuentro entre el lector y el autor es larga, una circunstancia, un espacio, un rostro, un oficio, una palabra, una melodía, una ausencia, un momento histórico o una simple necesidad de fantasear darán sentido a una vida o a un cúmulo de vidas inventadas a trazos. Entre los autores muchos nos retrotraen a esos momentos inapelables de la existencia del hombre; aunque solo desde la universidad o con mayor premura desde la escuela nos invitan a realizar nuevas lecturas que evidencien la diversidad de la temática, lingüística, discursiva y narrativa de los textos literarios porque estos se convierten en la pregunta y respuesta posible a la existencia del ser humano.
¨ ¿Qué situaciones se dan en todo acto lector?
La lectura es un proceso por el cual el lector percibe correctamente los signos y símbolos escritos, organiza mediante ellos lo que ha querido decir un emisor, infiere e interpreta los contenidos allí expuestos, los selecciona, valoriza, contrapone y aplica en la solución de problemas y en el mejoramiento personal y colectivo.
Es decir, la lectura es un proceso dinámico, continuo y diferenciado, en el cual hay facetas y estadios nítidamente definidos, diferentes unos de otros, y hasta contrapuestos, en donde interactúan: lector, texto y contexto.
Los niveles que adquiere la lectura se apoyan en las destrezas graduadas de menor a mayor complejidad, hecho que a su vez supone la ampliación sucesiva de conocimientos y el desarrollo de la inteligencia conceptual y emocional y las múltiples inteligencias identificadas y no identificadas. De allí la necesidad de cultivar habilidades de comprensión por ser éstas fundamentales en todo el proceso de asimilación de la lectura.
El desarrollo del lenguaje es un aspecto fundamental en el aprendizaje, en la evolución y en el dominio pleno de la lectura. El lenguaje oral y el lenguaje escrito de la persona guardan una relación casi simétrica, así como ambos tienen correspondencia con el cúmulo de experiencias que alcanza a desarrollar la persona humana.
Los niveles de realización de la lectura que identifico y preciso son los siguientes:
– Literalidad – Retención – Organización – Inferencia– Interpretación – Valoración– Creatividad
Sin embargo, debemos advertir que un debido y auténtico proceso de aprendizaje de la lectura empieza con el nivel de la creatividad y avanza progresivamente por el orden inverso al que he anotado hasta llegar a la literalidad. Y es así porque la creatividad es el nivel de textos libres, abiertos y connotativos, que se dan en la literatura infantil, aquellos que deben estar al inicio del proceso de aproximación del niño o la lectura debiendo incorporarse en esta realización toda práctica de la lectura en su fase de oralidad.
Los siete niveles de comprensión lectora que hemos enunciado se ordenan en tres grandes momentos o etapas del proceso.
Nivel textual, o de análisis, integrado por los niveles: literal, de retención y organización.
Nivel inferencial. Único.
Nivel contextual, o de síntesis, que integra el nivel de interpretación, valoración y creatividad.
Para apreciar la densidad y complejidad de cada uno de estos niveles basta decir que la alfabetización, ardua y laboriosa, abarca uno solo de los niveles, cual es el de la literalidad.
Niveles: descripción e indicadores A continuación presento una breve descripción de cada uno de los niveles y los indicadores que los caracterizan, los mismos que sugieren a su vez preguntas para elaborar test de comprensión lectora, adecuándolos al universo poblacional que se desee diagnosticar.
La aplicación de esta sistematización es de las más prometedora puesto que nos permite conocer el nivel de realización de la lectura sea de personas individuales como de grupos o colectivos sociales, a fin de reorientar nuestras acciones en el aula o en cualquier otro espacio público cuando se trate de comunidades más amplias.A. NIVEL TEXTUALLiteralidadDecodifica los signos escritos de la palabra convirtiendo lo visual en sonoro y viceversa. Recoge formas y contenidos explícitos del texto.– Transposición de los contenidos del texto al plano mental del lector.– Captación del significado de palabras, oraciones y cláusulas.– Identificación de detalles.– Precisión de espacio y tiempo.– Secuenciación de sucesos.
RetenciónCapacidad de captar y aprender los contenidos del texto.– Reproducción de situaciones.– Recuerdo de pasajes y detalles.– Fijación de los aspectos fundamentales del texto.– Acopio de datos específicos.– Sensibilidad ante el mensaje.
OrganizaciónOrdena los elementos y vinculaciones que se dan en el texto. – Captación y establecimiento de relaciones.– Descubrimiento de la causa y efecto de los sucesos.– Captación de la idea principal del texto.– Identificación de personajes principales y secundarios.– Reordenamiento de una secuencia.– Resumen y generalización.B. NIVEL INFERENCIALInferenciaDescubre aspectos implícitos en el texto.– Complementación de detalles que no aparecen en el texto.– Conjetura de otros sucesos ocurridos o que pudieran ocurrir.– Formulación de hipótesis acerca de los personajes.– Deducción de enseñanzas.C. NIVEL CONTEXTUAL InterpretaciónReordena en un nuevo enfoque los contenidos del texto. – Formulación de una opinión.– Deducción de conclusiones.– Predicción de resultados y consecuencias. – Extracción del mensaje conceptual de un texto.– Diferenciación de los juicios de existencia de los juicios de valor.– Reelaboración del texto escrito en una síntesis propia.
ValoraciónFormula juicios basándose en la experiencia y valores.– Captación de los sentidos implícitos.– Juicio de verosimilitud o valor del texto.– Separación de los hechos y de las opiniones. – Juicio acerca de la realización buena o mala del texto.– Juicio de la actuación de los personajes.– Enjuiciamiento estético.CreaciónReacción con ideas propias contrastando las ideas que ofrece el texto a situaciones parecidas de la realidad.– Asociación de ideas del texto con ideas personales.– Reafirmación o cambio de conducta.– Formulación de ideas y rescate de vivencias propias.– Planteamientos nuevos de elementos sugerentes.– Proposición de títulos distintos para un texto.– Aplicación de principios a situaciones parecidas o nuevas.– Solución de problemas.Niveles de comprensión lectora y textualidadHe aquí, a continuación, una pirámide invertida en la gradación de niveles y su relación con el texto y el contexto, puntos de apoyo o referencia en todo este desenvolvimiento:
1. ANÁLISIS (Texto) – Literalidad (Análisis de los elementos) TEXTUALIDAD– Retención (Análisis de la organización) INTRATEXTUALIDAD– Organización (Análisis de la organización) INTERTEXTUALIDAD
2. INFERENCIA – Inferencia (Inducción) EXTRATEXTUALIDAD
3. SÍNTESIS (Contexto) – Interpretación (Comparación) SUPERTEXTUALIDAD– Valoración (Juicio) TRANSTEXTUALIDAD– Creación (Práctica) TRASCENDENCIA Texto es textura, tejido y entramado. Y así como hay redes lingüísticas hay diversidad de otras urdimbres que entrelazan signos y símbolos como por ejemplo la naturaleza y en ella hasta la hoja de una planta o el pétalo de una flor. Una calle o un paisaje son textos. Hasta la vida en sus múltiples manifestaciones.
En un texto escrito hay palabras articuladas formando oraciones, las mismas que se integran en otros valores semánticos al engarzarse formando párrafos que tienen un orden, una jerarquía y estructura con su propia secuencia. Comprender textos es también poder desmontar toda esta arquitectura.
Estos ejercicios cubren una fase de la lectura que se centra más en lo denotativo de un enunciado o un conjunto de ellos. Lo connotativo está fuera del texto, con lo cual se establece una relación pero en donde lo preponderante no es dicho vínculo. Lo connotativo más se da ya no en el texto sino en la mente y en el alma del lector de manera expansiva y libre.
¨ ¿Por qué se dice que “La lectura se transforma en una actividad hermenéutica”?
La hermenéutica de Ricoeur nos enseña a seguir hablando de una relación entre un autor y su intérprete, sino de los intercambios entre el mundo del texto y el mundo del lector.
De esta manera, Ricoeur recurre a la noción de representancia o lugartenencia para expresar la relación del relato histórico con un mundo pasado que no es observable sino memorable, y la noción de aplicación o apropiación para expresar la relación del relato de ficción con un mundo posible que no es experienciado sino propuesto. El mundo que nos ha dejado su huella puede ser reconstruido con el auxilio de la imaginación, mientras que el mundo que vivimos puede ser transformado por la ficción en un proceso en que la manifestación coincido con la creación.
¨ ¿Qué pasa cuando el lector – alumno enfrenta una obra literaria?
Joëll Bahloul considera que: “La lectura no es una práctica social únicamente porque clasifica o está clasificada en la jerarquía de los niveles sociales, sino también porque da origen a interacciones e intercambios sociales. Tampoco es, como lo afirma la representación tradicional, un acto de intimidad pura o de retraimiento individualista aislado del mundo y de la sociedad. La lectura está totalmente imbricada en la organización y las condiciones sociales”.1 En este sentido, el contacto con la lectura responde a necesidades vitales y específicas de cada lector, a momentos y condiciones particulares; puede darse en una situación de aislamiento o introspección, para explorar y entender lo que sucede en su interior, o en la búsqueda de consuelo y consejo en el tránsito de una situación emocional difícil, o por el contrario, en circunstancias en que requiere integrarse e interactuar con su entorno inmediato.
El hábito por la lectura y la escritura es más una actitud ante la vida que la capacidad de decodificar y reproducir lenguaje. Pero, ¿y la escuela? ¿qué papel juega en todo esto? Ahí aprendemos a mirar las virtudes que encierran los libros, desde otros ángulos entendemos que leer nos hace mejores ciudadanos, nos proporcionan herramientas de análisis que pretenden —al menos en el mapa curricular— profundizar en lo leído. Sin embargo, existen otras posturas, por ejemplo, Juan Domingo Argüelles sostiene que:
...imponer la lectura como materia obligatoria en las escuelas o no reconocer en ella más que un sentido práctico o instrumental resulta contraproducente, pues de ese modo se fomenta la idea de que leer es aburrido y, al asociarla con el deber, la lectura pierde los ingredientes del placer y libertad que tendrían que serle consustanciales. Lejos de seducir a posibles adeptos, se los está ahuyentando. Por otro lado, recriminar a quienes no leen fomenta posiciones moralizantes que tampoco ayudan: porque en realidad “los que no leen” sí leen, sólo que no leen lo que otros quieren, lo que otros dicen que deberían.2
¨ ¿Cómo nos conduce el texto a la construcción de un universo imaginario? De que manera lo realizamos?
Las obras sucesivas de un escritor son como las ciudades que se construyen sobre las ruinas de las anteriores: aunque nuevas, prolongan cierta inmortalidad, asegurada por leyendas antiguas, por hombres de la misma raza, por las mismas puestas de sol, por pasiones semejantes, por ojos y rastros que retornan". Esta metáfora de Ernesto Sábato contiene en su interior la figura del palimpsesto, y permite realizar un paralelismo entre las ciudades y los escritores, a partir de las ‘huellas’ que se encuentran entre las distintas ‘obras’1 , esos rastros, aunque borrosos, habilitan la realización de un planteo de posibilidad, comparando a escritores y sus obras en el marco de la transdiscursividad.
La de "transdiscursividad" que, como señala Vázquez Medel, "no remite a un hecho aislado o que afecte en exclusiva a la relación entre algunos textos y discursos".
Es decir "no se trata de que, por ejemplo, descubrimos en unos textos sí y en otros no la huella de otros textos que los hacen posibles o inteligibles. Por el contrario, todo texto, por su propia naturaleza está abierto y remite a otros textos:
unos previstos desde la productividad emisora, y otros postulados por esa reproductividad receptora sin la cual el texto no existe como contenido de conciencia (...). Una lectura será tanto más co-rrecta (...) cuando los discursos a que apela un discurso concreto en dicho lector más se aproximan a la interacción o transcendencia discursiva del discurso que produjo el autor. Por ello, es tan cierto que las palabras significan lo que les hacemos significar, cuando que este hacer-significar no es totalmente arbitrario, sino que está co-rregido por el texto, que de ser muy desplazado de su intento, daría lugar a una lectura in-correcta, por más enriquecedora que sea"
¨ ¿Considera que la literatura infantil le da al niño la posibilidad de fantasear?
Nunca decimos adiós a la infancia o a la adolescencia, ni a los caminos recorridos desde los primeros años de vida de cada uno. Nunca lanzamos cortinas de humo a los días que nos permiten darle sentido a cada una de nuestras historias, por más inútiles que parezcan, la literatura nos permite, en muchas ocasiones, realizar este recorrido.
La lista de pretextos para que se produzca el encuentro entre el lector y el autor es larga, una circunstancia, un espacio, un rostro, un oficio, una palabra, una melodía, una ausencia, un momento histórico o una simple necesidad de fantasear darán sentido a una vida o a un cúmulo de vidas inventadas a trazos. Entre los autores muchos nos retrotraen a esos momentos inapelables de la existencia del hombre; aunque solo desde la universidad o con mayor premura desde la escuela nos invitan a realizar nuevas lecturas que evidencien la diversidad de la temática, lingüística, discursiva y narrativa de los textos literarios porque estos se convierten en la pregunta y respuesta posible a la existencia del ser humano.
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